El sexting, o intercambiar imágenes sexuales por teléfono, es una práctica muy extendida entre los adolescentes estadounidenses pese a los riesgos de acoso y las consecuencias a veces fatales.
Según un estudio de la Universidad de Utah publicado este miércoles, 19,1% de los 1.130 estudiantes de educación secundaria preguntados reconocieron haber enviado una foto de ellos desnudos y 38% afirma haberlas recibido. Además, alrededor de una persona de cada cinco entre estos últimos reenviaron esa una imagen a otra persona.
Por otra parte, las adolescentes afirmaron haber enviado este tipo de mensajes a sus novios en 83% de los casos, mientras que solo un 53% de los chicos lo hicieron con sus parejas femeninas. De ellos, un 12% mandaron sexts para alguien con quien quería salir o tener sexo y otro 2,4% a personas a las que acababan de conocer.
Estos resultados muestran pocos cambios en comparación a un estudio hecho el año pasado, afirma Don Strassberg, profesor de psicología en la Universidad de Utah.
El sexting está lejos de ser una práctica aislada y la posibilidad de transmitir una foto sexual puede llegar a ser problemática, en particular para las mujeres jóvenes que comparten fotos explícitas.
Entre los riesgos, Strassberg cita la humillación, el chantaje o incluso en algunos casos el acoso para encubrir imágenes pedófilas o pornográficas.
El sexting ha provocado tragedias en Estados Unidos, particularmente entre los adolescentes.
Un caso que fue particularmente conmovedor en el país fue el de Jessica Logan, ahorcada a los 18 años en 2008 después de que una foto de ella desnuda, que había tomado y enviado a su novio, fuera enviada a cientos de adolescentes de institutos del estado de Cincinnati . Hope Sitwell, de 13 años, también se ahorcó por razones similares un año después.
Los chicos tampoco se libran, en particular los homosexuales: en 2010, Tyler Clementi, de 18 años, se tiró de un puente en Nueva York después de que su compañero de habitación hiciera circular un video que grabó sin su consentimiento y donde se le veía con un amante.
El fenómeno también ha llevado al nacimiento de la expresión revenge porn (pornovenganza). Numerosas páginas web permiten a los amantes despechados publicar fotos comprometidas.