Los rebeldes descubrieron a la pequeña enterrada bajo los escombros de un edificio en el distrito oriental de al-Ma’saranieh de Aleppo. Afortunadamente, la menor estaba viva y la sacaron a tiempo.
La bebé no logra entender qué ocurre, y los gritos de júbilo de los rescatadores no le ayudan mucho. Deslumbrada por la luz, se frota la cara con los puños cerrados e intenta abrir los ojos. Un milagro en medio del horror de la guerra.