Australia está sumida en una ola de calor con temperaturas récord desde hace tres meses. Cuando promediaba diciembre y nadie creía que los incendios podían ser tan mortales, los australianos vivieron el día más caluroso de la historia: la temperatura promedio fue de 41,9 grados centígrados. Abrumador incluso para una población acostumbrada al calor.
Pero este calor extremo fue acompañado además por otro factor inesperado: los fuertes vientos,las ráfagas de hasta 96 kilómetros por hora,han sido el combustible fatal para el fuego.
Pero no termina todo aquí: Australia atraviesa, por si fuera poco, la temporada más seca de los últimos 120 años. New South Wales y Queensland son los estados más golpeados por el fenómeno. Las lluvias son casi nulas desde principio de 2017, y su vegetación está casi muerta desde entonces. Incluso, la sequía ha afectado las áreas agrícolas más productivas del país, incluidas algunas de las que ahora están en llamas.
Aunque en esta época del año los incendios forestales suelen ser frecuentes, la experiencia actual es algo inusual y comenzaron demasiado temprano. Hacia septiembre ya se preveía que serían devastadores, aunque no parecían proyectar la actual devastación. Las llamas han emergido en todo el país en los últimos meses, afectando principalmente a cuatro de los seis estados.
A principios de noviembre, 1.500 bomberos luchaban contra 70 incendios en New South Wales, el estado del sudeste que incluye a Sídney ,ese estado emitió una calificación de peligro de incendio “catastrófico” por primera vez en la década desde que el sistema de advertencia actual ha estado en funcionamiento.
Los incendios forestales son una característica habitual en el calendario de Australia, a menudo desencadenada por causas naturales como los rayos, y no pueden atribuirse solo al cambio climático o al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero los expertos, en esta ocasión, advierten que el clima cambiante es clave para comprender la ferocidad vivida este año.
Además, el clima en aquel continente definitivamente está mutando. De acuerdo a los datos aportados por la Oficina del Servicio de Meteorología australiana, las temperaturas ya han aumentado en más de un grado Celsius desde 1910, y gran parte del aumento se produjo desde 1950.
Decenas de miles de bomberos, la gran mayoría de ellos voluntarios, están trabajando desde hace semanas, sin descanso. El Gobierno federal de Australia anunció la semana pasada que los voluntarios en New South Wales, así como en otros estados, si lo solicitaban, recibirían una compensación de hasta aproximadamente 4.000 dólares. Ese cambio en la política fue inicialmente rechazado por el primer ministro Scott Morrison, blanco de críticas por el accionar de su gobierno.
La semana pasada, cuando los incendios causaron una destrucción generalizada, Australia desplegó sus fuerzas armadas y pidió ayuda a los países aliados, los Estados Unidos y Canadá. La Fuerza de Defensa Australiana dijo el martes que enviaría helicópteros militares, aviones y naves militares Black Hawk y Chinook a Victoria y New South Wales, las áreas más afectadas, de acuerdo con The New York Times.
Hasta este martes, al menos 69 focos de incendio continuaban su camino por todo el territorio, sobre todo en las zonas más afectadas.
Desde septiembre se han quemado más de 6 millones de hectáreas, el doble del tamaño de Bélgica. En comparación, casi 2,5 millones de hectáreas se convirtieron en humo en agosto en la Amazonía. Los incendios de 2018 en California destruyeron casi 800.000 hectáreas durante una de las peores temporadas de incendios forestales en este estado estadounidense.
El número de animales muertos ascendería a 480 millones, solo en el estado de New South Wales, según un estudio de la Universidad de Sídney. Una evaluación que podría ser “considerablemente más alta”, según los especialistas. Entre ellos, los koalas son los más afectados y los que corren más riesgo de extinción.
En 2009, el estado de Victoria vivió un “sábado negro” con la muerte de 179 personas en el peor incendio de la historia de Australia. El miércoles de ceniza de 1983 hubo 75 muertos en los estados de Australia Meridional y de Victoria, de acuerdo con AFP.
La Animal Rescue Craft Guild dijo el lunes que les ha llegado una avalancha de ofertas de ayuda después de hacer un llamado a voluntarios para hacer chales para murciélagos, bolsas para canguros, nidos de pájaros, mitones de koala y otras prendas para marsupiales.
Las donaciones han llegado de lugares tan lejanos como Estados Unidos, Reino Unido, Hong Kong, Francia y Alemania. “Se está volviendo una locura”, comentó Belinda Orellana, una de las fundadoras de la agrupación, a la agencia Reuters. “La respuesta ha sido increíble”. En las últimas semanas, las llamas han arrasado 8 millones de hectáreas de vegetación en Australia, equivalentes al territorio de Austria.
Algunos expertos estiman que la cantidad de animales muertos producto de los incendios, incluidas mascotas y ganado, sería cercana a los 500 millones, además de cientos de miles de especies de fauna nativa heridas y desplazadas.
“Es con las pequeñas almas que sobrevivieron donde nosotros llegamos (...) que nuestro grupo crea y suministra artículos para los grupos de rescate y cuidadores en todo el país”, expresó Orellana, agregando que la demanda estaba creciendo y que había una necesidad urgente de donaciones de telas.
Originalmente formada hace unos meses para fabricar camas y abrigos para mascotas de perreras, la página de Facebook de la organización tiene 75 mil miembros. Muchos de los voluntarios han tejido y cosido una gran variedad de artículos, incluyendo mitones para koalas con patas quemadas y bolsas para canguros pequeños que han perdido a sus madres.
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