De princesita, a niña mala en la misma noche,el makeover de niña buena con el que vimos recientemente a Miley Cyrus no duró mucho.
Horas después de que nos deslumbró en un vestido de Marc Jacobs durante la gala del FGI Night of Stars, la cantante de Wrecking Ball volvió a su estilo de siempre: una mini falda negra, camiseta amarrada a la cintura y medias panti de malla. Un atuendo mucho más Miley y, apto para salir a fiestear en la noche neoyorkina. Con ese transgresor look la vimos en el restaurante-bar The Beatrice Inn, en el barrio de West Village.
Demostrando una vez más que no puede ser domesticada, Miley Cyrus publicó en Twitter una atrevida fotografía en la que aparece durante su noche de rumba salvaje con su mejor amigo, Cheyne Thomas. En la imagen aparece sentada en el bar con las piernas abiertas y haciendo su característico gesto .
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