Chester Bennington, vocalista del grupo de rock Linkin Park, fue hallado muerto en su casa de Palos Verdes, en Los Ángeles, según ha confirmado la oficina forense de la ciudad californiana.
La principal hipótesis que manejan los investigadores es la del suicidio,el cuerpo fue descubierto ahorcado esta mañana,a las 09.00, hora local de California.
Chester Bennington,tenía 41 años y seis hijos de dos matrimonios.
El cantante tuvo una infancia dolorosa: nacido y criado en Phoenix (Arizona), hijo de una enfermera y un policía que trabajaba en casos de abusos sexuales, comenzó a consumir drogas con asiduidad a los 11 años, tras el divorcio de sus progenitores y la obtención de la custodia por parte de su padre. Bennington declaró también haber sido objeto de abusos sexuales por parte de un hombre adulto desde los siete años, situación que presuntamente se alargó durante más de un lustro. La música fue un salvavidas para el joven, que antes de entrar en Linkin’ Park grabó tres discos con una banda llamada Grey Daze, enormemente influenciada por la escena grunge.
En 1996, una de las bandas más emblemáticas de esa escena, Soundgarden, publicó el que fue su último álbum en más de 15 años. El grupo se separó poco después en un gesto que marcó los últimos compases de la era del grunge; una época en la que un puñado de greñudos criados en la independencia discográfica pusieron patas arriba la industria musical. Aquel mismo año, unos jóvenes de un suburbio de Los Ángeles formaron un grupo llamado Xero, que no acabaría de funcionar hasta 1999, con el fichaje de un desconocido cantante llamado Chester Bennington y un definitivo cambio de nombre. Había nacido Linkin’ Park, una banda que, más allá de sus cualidades musicales, resulta imprescindible para entender el devenir del metal comercial en en siglo XXI, y sus diferentes fusiones con rap y electrónica.
Bennington, que declaró en varias ocasiones que uno de los grupos favoritos en aquella época era Stone Temple Pilots, cumplió un sueño al ser convocado en 2013 como reemplazo del cantante original de la banda, Scott Weiland, puesto que dejó en 2015 para concentrarse al 100% en Linkin’ Park.
Inicialmente vistos como una versión más comercial de Limp Bizkit, el grupo de Bennington supuso la cristalización de aquel nu-metal que fue creciendo en los años 90 de mano de bandas como Korn, los primeros Deftones, Slipknot o los propios Limp Bizkit. De repente, el rock blanco y radiofónico del recién estrenado siglo se expandía de forma incontrolable, con innumerables bandas que nunca han vuelto a alcanzar aquellas cotas de popularidad, como Papa Roach, Stand o Coal Chamber.
De entre todos ellos, nadie ha sabido reinventarse y mantenerse como Linkin’ Park, una banda que ha ganado dos Grammy, ha vendido 68 millones de discos y ha sobrevivido a todos los bandazos de la industria. El último álbum de la banda apareció el pasado 19 de mayo, exactamente al día siguiente de que Chris Cornell —vocalista de Soundgarden y amigo personal de Bennington— se ahorcase en una habitación de hotel en Detroit. Este jueves, Cornell habría cumplido 53 años.
La muerte de Cornell fue un duro golpe para Bennington, que hizo pública una carta en la que le decía a su amigo: “No puedo imaginar un mundo sin ti en él; rezo para que encuentres la paz en la otra vida”.
El 22 de junio, Linkin Park estuvo en concierto en Madrid, y el pasado 3 de julio, en Londres. El inicio de su gira estadounidense estaba preparado para el próximo jueves, 27 de julio, con una presentación en Massachusetts. Su último videoclip, Talking To Myself, se publicó horas antes de que se supiera que Bennington había muerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario