ROCK AL PARQUE EN SU XXIII EDICION FUE UN EXITO TOTAL

La 23.ª edición de Rock al Parque se fue cocinando poco a poco, no solo por el intenso calor que durante tres días se hizo presente, sino además por la manera como las propuestas musicales se fueron ganando al público. 

Muchos fueron a lo seguro: a revivir recuerdos y a encontrarse con la nostalgia de invitados como Obituary, Death Angel o los chilenos de Los Tres; la despedida definitiva de Darkness, el video en homenaje a Elkin Ramírez y el cierre de Robi Draco Rosa, que le dio otra intensidad a la textura brutal y fiestera predominantes este año.

Además, fue un espacio para sorpresas agradables, como la apuesta posrrock de la agrupación asiática Zhaoze, la cual marcó la ruta para un viaje sonoro impresionante a través de las notas del guquin, un instrumento típico de China. Era la primera vez que Rock al Parque invitaba a una banda de este país, y al final se llevó un gran aplauso de la audiencia que se congregó en el escenario Eco: el que cobijó algunas de las propuestas que escapaban del sonido tradicional del rock, el metal o el punk. 

Así mismo, fue interesante ver la química que hubo entre la banda argentina Los Caligaris con la gente que abarrotó el espacio de su recital. Su pegajoso sonido entre rock y ska, sumado al estilo circense de su puesta en escena, fue muy bien recibido entre los miles de fanáticos que cantaron todas sus letras a grito herido. Sus coros retumbaron entre la histeria y algunos rostros pintados con narices rojas como payasos.

“Gracias por portarse tan bien con nosotros”, gritó su cantante antes de una de las despedidas mas ruidosas de la fiesta musical capitalina.

De igual forma lo hicieron Los Rolling Ruanas al descargar su fusión de carranga con rock sin pudor y con mucha energía. “Gracias a su majestad el rock por abrirle las puertas a la tradición”, dijo su vocalista. 

El público era bastante diverso, y no fue extraño ver a una joven con el rostro pintado al estilo de la banda Kiss y que cantaba y disfrutaba de los sonidos del altiplano sin ningún prejuicio musical.

Fueron 65 agrupaciones de Colombia y varias partes del mundo las que se presentaron durante el fin de semana en Bogotá.

Como siempre, en mayor y en menor medida hubo gente para todo. Desde los metaleros que llegaron en la noche del sábado para ver el cierre de un Lamb of God demoledor y que sacudió el parque Simón Bolívar, a pesar de que el sonido estuvo un poco sobrecargado. Muchos no pararon de mover la cabeza con las bandas femeninas Póker (Bogotá) o Nervosa (Brasil), o con el baile frenético que, como contraste, propusieron el español Macaco o el embriagante ritmo destilado por los mexicanos de Titán, con una dosis de electrónica y rock.

Los amantes del hardcore y del punk también tuvieron su momento de deleite con la banda estadounidense H2O, que motivó no solo uno sino varios pogos gigantescos en diferentes zonas del escenario Plaza. Sin embargo, los que se llevaron el trono en este género fueron los argentinos de 2 Minutos, que celebraron en el festival sus 30 años de carrera. 

Tras interpretar canciones como El mejor recuerdo, Borracho y agresivo, No me molesten y Canción de amor, el guitarrista de la banda, Marcelo Pedro, dijo: “Aquí hacemos música, no hacemos fútbol; si no, seríamos millonarios”, buscando promover un mensaje de paz entre los asistentes que fueran hinchas de algún equipo. 

En el apartado de otros sonidos también dejaron un buen sabor los franceses Catfish, un dúo que conquistó al público con una poderosa mezcla de indie y folk. Esto fue luego de la presentación de la artista pereirana Lucrecia Dalt, el isleño Elkin Robinson con su fusión de ritmos caribeños y la banda Montaña, que creó una atmósfera hipnótica e introspectiva con su propuesta instrumental.

Durante los tres días de euforia que se vivieron en el Simón Bolívar no hubo incidentes de gravedad.
El encargado de concluir estos tres días de euforia fue Draco Rosa. El cantante boricua interpretó en Rock al Parque todas las canciones de su álbum Vagabundo, para celebrar los 21 años de esta producción, una de las más emblemáticas en la historia del rock en español. 

Este año llamó la atención el protagonismo que adquirieron los escenarios alternos, en comparación con lo ocurrido en la tarima principal, en la cual algunas bandas destacadas, como Heaven Shall Burn, no contaron con un acompañamiento masivo.

Otro aspecto para destacar es que en esta edición del festival, las mujeres tuvieron un rol muy importante no solo en la tarima sino entre el público, ya que durante los tres días se hizo énfasis en su participación, en su relevancia y en su talento musical: cosa que se notó al cierre del evento, cuando el escenario Eco se convirtió en el espacio dedicado a las agrupaciones femeninas. 

“Es increíble para nosotras poder representar a las mujeres. No somos las más grandes ni las más importantes, pero nos enorgullece formar parte de la historia de la mujer en el metal y haber estado en este festival”, dijo Prika Amaral, guitarrista de Nervosa. 

A la 23.ª edición de Rock al Parque asistieron durante tres días más de 180.000 personas, que disfrutaron de 65 bandas participantes, en un contraste entre lo nostálgico y lo sorpresivo.

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